SOMOS UNA ESCUELA INCLUSIVA

Cuando hablamos de ambientes inclusivos e integradores resulta fácil imaginarlos y constalarlos in situ. Hoy por hoy ambos conceptos forman parte de múltiples dimensiones, incluyendo lo social, educacional y laboral. Pero basta con situarse hace unos diez o quince años atrás, y ver que estas ideas aún no eran parte de nuestra cultura social.

Basta con retroceder una década para descubrir que el solo concepto de integración generaba complicaciones muy variadas. Desde aquel entonces este concepto  ha sido aceptado y asumido culturalmente, siendo normal ahora ver a personas con distintas discapacidades integradas al mundo laboral, educacional y social.

Algo similar nos ha ocurrido con la inclusividad, concepto mucho más amplio y que abarca lo anterior.

Desde hace un tiempo, como paìs, hemos estado viviendo transformaciones que comienzan a afectarnos de múltiples maneras, y una de esas transformaciones culturales se relaciona con la inclusividad.

Desde una mirada exclusivamente educacional, hemos de ser receptivos a los cambios, y hemos puesto en práctica la inclusividad que abarca el respeto por las diferencias culturales, la diversidad y la libre expresión, exigiendo, también, la responsabilidad  de nuestros estudiantes y de nuestro Padres y Apoderados en cumplir con sus obligaciones, estudiantes responsables de sus estudios y apoderados comprometidos con sus hijos e hijas, en cuanto a reforzar valores que atañen a lo social y cultural. El respeto por la diversidad y las culturas.